El Genarin o entierro del mismo, es una celebración que se realiza con la intención de brindar honores, a una particular persona que vivió en León durante década de mil novecientos, por su historia de muerte desgraciada y su posterior crecimiento en cuanto a personas que se identificaron con su leyenda, según las distintas anécdotas los primeros en promulgar la procesión en su nombre fueron algunos poetas y artistas locales, para luego transformarse en una tradición que se conmemora durante la semana santa.

Dicha actividad es impartida por la cofradía de Nuestro Padre Genarin, y se realiza en la noche del jueves santo, transitando por las distintas calles de los barrio de León, sobre todo por el casco antiguo. La procesión en sí es muy acompañada por miles de creyentes, que año a año, concurren a la misma con el afán de obtener los favores de el Genarin, además de esta acción, se llevan a cabo también lo que se nombra como la “Santa cena”, en donde además de reunirse los integrantes de la cofradía junto con los fieles, se suelen leer para todos los presentes versos en honor y que relatan la historia en prosa de Genarin.

Cada año durante está clásica acción se suma un nuevo verso de un poeta no conocido, dándole el espacio para que el artista alabe a su querido Genarin; a este héroe anónimo, se le atribuye distintos milagros que aseguran su poder místico. El primero de ellos es, la conversión de su vida de pecado a la prostituta que lo encontró muerto, la misma dejo su tarea para regresar a pueblo de Lugo. El siguiente es un poco menos profundo y se asocia con el deporte del futbol, en donde luego de una muy mala época en cuanto a resultados, los creyentes en Genarin, pidieron para que la situación cambiara, y ante una insólita anécdota en donde la oración no parecía haber dado resultado, y luego de una queja por la situación, Genarin puso su mano y se logró conseguir una victoria como tanto deseaban los fieles.

Los otros dos milagros que fueron adjudicados a este desgraciado hombre, constan de historias asombrosas, una de ellas habla de un hombre con problemas en los riñones, al cual sus dolores lo torturaban, y un día tuvo que realizar sus necesidades fisiológicas y por pura casualidad, eligió el mismo lugar en donde Genarin había encontrado su final; su sorpresa fue enorme cuando al ver al suelo había una piedra de gran tamaño; la última de estas anécdotas cuenta como Genarin castigo de cierta manera a un hombre, que con muy malas intenciones, robaba las distintas ofrendas que los fieles traían de distintos lugares y colocaban en la muralla; pero un día al hacerlo el ladrón no espero que resbalaría y como resultado se quebraría la cadera.

A pesar de ser una fiesta que nació de una manera peculiar, es muy respetada y seguida por miles, llegando en muchos momentos a seguir las procesiones un número cercano a las treinta mil personas y que en cada año aumenta de manera exponencial.